domingo, 1 de mayo de 2011

EN ESTE VIDEO PERÓN CRITICA A LOS GOBIERNOS QUE ECHAN MANO A LAS CAJAS DE JUBILACIONES



Sin embargo ´DESPUÉS QUE PERÓN CREÓ LAS CAJAS, hizo lo mismo que critica en el video.

El primer modelo de populismo a gran escala lo aplicó el presidente Perón en su primero y segundo mandato. Con los gigantescos recursos acumulados durante la Segunda Guerra Mundial, financió no sólo políticas sociales necesarias sino también un clima de bonanza que la producción nacional no acompañaba. No sólo se usaron esos recursos del pasado, sino que se echó mano a los recursos del futuro utilizando los fuertes saldos que se acumulaban en las recién creadas cajas de jubilaciones. Cuando esos recursos se agotaron en políticas de corto plazo, la dura realidad se hizo presente, como lo alcanzó a advertir Perón mismo en sus últimos años de gestión.


ALGUNOS DETALLES DE ECONOMIA QUE NO CONVIENE OLVIDAR

Cuando Juan Perón accedió a su tercera presidencia, en 1973, su gente ya estaba aplicando otro modelo populista que controlaba los precios e impulsaba los salarios sin aumentos correspondientes de productividad e inversiones. Esta etapa fue breve y se pulverizó en la presidencia de su esposa, Isabel Martínez, cuando el ministro Celestino Rodrigo impuso un ajuste salvaje, en 1975.


Con el mismo modelo cortoplacista procedió el gobierno de Videla y su ministro Martínez de Hoz a partir de 1976, legendario tiempo de la "plata dulce" y el "deme dos", que nos hizo vivir en una ficción de prosperidad inmediata mientras se acumulaban desgracias para el futuro. En esta aplicación del modelo se usaron recursos de largo plazo, consistentes en endeudar gravemente al país en los mercados internacionales, que heredaría, como un corsé de hierro, la democracia de 1983.

En 1991, el gobierno de Menem y Cavallo eligió la misma estrategia para mantener la ficción de riqueza colectiva cuando los frutos de las necesarias privatizaciones empezaron a agotarse. Entonces, decididos a mantenernos en el "uno a uno" que nos estaría llevando al "Primer Mundo", nuestros gobernantes tomaron otra vez el camino del endeudamiento, mientras la política misma que aplicaban carcomía nuestro comercio exterior. Con el modelo populista de ese gobierno desembarcamos en el gran descalabro que culminó en 2001, del cual nos hemos recuperado con tantos padecimientos.

Puede suponerse que en esos grandes descalabros de la segunda mitad del siglo pasado se ahogó la posibilidad de consolidar nuestro desarrollo, lo que tantas veces nos impulsa al desaliento por la presunta "decadencia". Los gigantescos recursos del primer Perón y los que se obtuvieron por el endeudamiento de Videla-Martínez de Hoz y Menem-Cavallo se dirigieron a financiar prosperidades inmediatas en busca de la popularidad política, sin explicar la enorme hipoteca que se contraía.

El populismo de los ocho años kirchneristas no está básicamente financiado con recursos del pasado o del futuro, como en los casos anteriores, aunque sí ha extremado la utilización de la capacidad instalada sin garantizar su renovación y crecimiento.

Los fondos de este octenio son del presente, debidos a una coyuntura internacional excepcional y a la capacidad de respuesta de la producción argentina. Pero tampoco se han usado esos recursos excepcionales para garantizar el futuro. De modo que cualquier inflexión en la bonanza internacional presente nos colocará en una situación de escasez incompatible con el nivel de consumo al que nuestra gente se ha acostumbrado en este tiempo. Igual que en los otros modelos populistas. Y otra vez habremos vuelto a enterrar las posibilidades y los recursos para el desarrollo.

La colisión probable se presentará en un futuro cercano, a medida que la coyuntura internacional cambie. Claro que al gobierno actual o el que se inicie a fin de este año le quedará aun el temible recurso de volver a aumentar nuestro endeudamiento externo para mantener la ficción de alegría. ¡Y ya sabemos de qué se trata!

Fuente:  La Nación

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